Las funciones básicas de la mente: percepción, pensamiento y afectividad


Cuando percibir, pensar y sentir se entrelazan


September 10, 2025

En el arranque del nuevo curso, dentro de la asignatura de Psicología Médica, abordamos tres funciones fundamentales de la vida psíquica: sensopercepción, pensamiento y afectividad. Son las primeras que yo trato en mis clases, aunque mi compañera, la Dra. Moreno, ya había introducido otras funciones igualmente esenciales como la atención, el sueño o la conciencia. 
Aunque las estudiemos de forma diferenciada, conviene recordar que el cerebro funciona como un todo. Solo las separamos con fines docentes, pero en la práctica actúan siempre de manera conjunta. Una alteración en cualquiera de ellas repercute en las demás: una percepción distorsionada influye en el pensamiento; un pensamiento obsesivo colorea la afectividad; un ánimo deprimido condiciona lo que percibimos y cómo lo interpretamos. 
La sensopercepción: nuestra puerta de entrada al mundo 
La sensopercepción nos permite recibir información del entorno y reconocerla como algo distinto de nosotros mismos. No se limita a captar estímulos, sino que organiza y da forma a las sensaciones, ofreciéndonos una experiencia coherente de la realidad. Alteraciones como ilusiones o alucinaciones muestran hasta qué punto este proceso es frágil y esencial en la psiquiatría clínica.
El pensamiento: dar sentido y orden 
El pensamiento transforma las percepciones en conceptos, juicios y razonamientos. Gracias a él interpretamos la realidad, elaboramos hipótesis y tomamos decisiones. Su evolución —del pensamiento mágico de la infancia al pensamiento lógico y científico del adulto— refleja también el desarrollo de nuestra capacidad de comprender y actuar en el mundo. 
La afectividad: la tonalidad de la experiencia 
Toda vivencia humana está impregnada de afectividad. No sentimos de igual modo una misma situación: la alegría, la tristeza, la ansiedad o la calma colorean nuestro modo de percibir y pensar. La afectividad confiere sentido a la experiencia y la conecta con nuestra historia personal, nuestros valores y nuestro proyecto vital. 
Una mirada integradora 
Estudiar estas funciones básicas no es un ejercicio teórico aislado: es aprender a ver al paciente en toda su complejidad. En la consulta, percepción, pensamiento y afectividad aparecen entrelazados. Y comprender esa trama es lo que permite al futuro médico acercarse con mayor sensibilidad y rigor a la práctica clínica.